22 agosto 2007

El Testamento Maya


El Testamento Maya     Llegó a mis manos como regalo de mi esposa por mi cuarenta cumpleaños. Gracias amor.

     Todo el mundo ha oido hablar de la gran sabiduría del pueblo maya y de los conocimientos científicos que tenían...De todos es sabido el especial interés que tenían por el cálculo preciso del tiempo a través de su calendario...

     Pues bien, El Testamento Maya es un libro, publicado por la editorial Vía Magna, creación del escritor estadounidense Steve Alten de unas seiscientas páginas divididas en veintinueve capítulos y un epílogo final.

     El libro trata de una historia de amor envuelta en un ambiente de aventura, acción e intriga en la que sus dos protagonistas, la joven psiquiatra Dominique Vázquez y su paciente Mick Gabriel, tratan de desvelar una serie de claves relacionadas con la profecía maya del fin de los tiempos que según dicho pueblo mesoamericano, tendrá lugar el día veintiuno de diciembre de dos mil doce. La resolución de esas claves llevará a nuestros protagonistas a salvar al mundo del cataclismo final.

     El libro me ha gustado y me ha entretenido. Si lo tuviera que calificar, lo colocaría entre la depurada narrativa de Matilde Asensi en su libro "El Último Catón" y la inteligente, pero no por ello menos interesada, utilización de la intriga por parte de Dan Brown en la novela "El Código Da Vinci".

     Además de entretenimiento, me ha aportado algunos conocimientos sobre la civilización maya y otras culturas antiguas y enigmáticas esparcidas por todo el orbe.

     El único error documental que he hallado en la décimoquinta edición está en el capítulo veinte y en concreto entre las páginas trescientos noventa y ocho, trescientos noventa y nueve y la cuatrocientos, ya que creo que Steve Alten confunde y toma por la misma cosa la Pirámide de Kukulcán y el Templo de los Guerreros; cuando en realidad, los que hemos estado en Chichén Itzá, sabemos que, a pesar de estar ambos edificios uno al lado del otro, son construcciones totalmente diferentes y con utilidades primigenias distintas.

     El pueblo maya y su sabiduría me han sorprendido siempre. Está constatada la exactitud de sus calendarios y en nuestra historia común consta que incluso llegaron a predecir la llegada de Hernán Cortés a costa yucateca allá por el año mil quinientos diecinueve.

     ¡Ojalá, en esta ocasión, los mayas se hayan equivocado! Y que la fecha del veintiuno de diciembre de dos mil doce no sea más que la plasmación temporal de una agrupación de objetos celestes y no la del final de los tiempos y de la Historia de la Humanidad.